lunes, 26 de octubre de 2009


Dejó la fama de rudo. Por primera vez, desde que su hija de 4 años, Exodus, muriera en mayo pasado, Mike Tyson concedió una entrevista y fue a la popular, Oprah Winfrey.

Pero además habló de uno de sus mentores: Cus D’ Amato, el entrenador que lo apoyó durante sus inicios; también de sus matrimonios y sus excesos.

La muerte de la niña fue calificada por la policía como un “trágico accidente”, luego que fue encontrada por su hermano con una cuerda de ejercicios en el cuello. Un día después, la menor falleció en un hospital de Phoenix.

Tyson se echó a llorar mientras hablaba de su dolor tras la muerte de Exodus y admitió que no quería saber los detalles del accidente: “no sé cómo murió y no lo quiero saber”, dijo el ex boxeador, pero agregó que “si conozco a alguien tiene la culpa de su muerte, estaría en problemas”.

Durante la conversación con Winfrey, Tyson a menudo se quedaba sin palabras, lloraba al recordar el trágico capítulo.

El ex boxeador de 43 años hizo una mención especial para su actual esposa, Kiki Spicer, a quien le agradeció el apoyo en esos momentos difíciles.

Tyson había llorado, pero cuando habló de la muerte, en 1985, de su “padre sustituto”, el entrenador, Cus D’Amato, volvió a llorar y reconoció que tras esa pérdida vinieron los problemas con el alcohol y las drogas.

“Era un gran tipo, en muchas cosas. Yo no estaba preparado para la vida después de que él murió”.

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